Mi destino en el Cabo de Gata es un pueblito que se llama Las Negras. Desde allí recorreré otros pueblos cercanos, buscando como siempre la accesibilidad del lugar, pero la sorpresa fue que me encontré con un pequeño paraíso capitaneado por Malte un alemán que vino a España hace 15 años y convirtió este cortijo , el de La Paloma, en un lugar con encanto con un toque zen.
La accesibilidad es aceptable aunque se podría mejorar mucho, el lugar se presta a ello. De todas formas se puede recorrer el cortijo fácilmente con un batec o una silla eléctrica, ahora os lo muestro porque dicen que una imagen vale más que mil palabras.

Al principio pensé, vaya sitio, porque donde se deja el coche esta anegado de gravilla que es malísima para la silla de ruedas, fue cuando comencé a recorrerlo cuando me di cuenta de que podía rehacerlo sin problemas, después de dejar atrás tierras volcánicas y un paisaje muy árido, pensé que estaba en un oasis y lo es, aunque artificial creado por Malte con mucho encanto y cariño, haciendo de él un vergel y un lugar de reposo con un encanto especial. Aquí solo se oyen los pájaros al amanecer y el rugido del mar, cuando miras el mar en el Cabo de Gata el tiempo se detiene y se comienza a soñar, abandonándonos a los recuerdos del paisaje sub desértico único en España, el cual hay que proteger por su diversidad en flora y fauna.

Mi destino final es un pueblito que se llama las negras en donde se encuentra mi alojamiento en el Cortijo de La Paloma.

Mi apartamento en el Cortijo de La Paloma es sencillo pero tiene todo lo imprescindible para pasar unas buenas vacaciones, por lo menos las camas son aceptables y se puede dormir bien. Es un lugar tranquilo con un toque zen.

El dueño se llama Malte, es alemán y muy amable. El cortijo es un pequeño paraíso que lo tenéis documentado gráficamente mas adelante, espero que con este reportaje os animéis a venir por aquí
Los apartamentos no pierden el diseño de la zona, aunque tienen la dificultad de conservar los perfiles de las puertas, haciendo mas difícil el acceso, pero se lo perdonaremos a Malte porque te puedes mover bien por el resto del cortijo.

Os va gustando?????, pues mejor es disfrutarlo.
La piscina no tiene grúa, tiene escaleras que con un poco de maña conseguí sentarme en ellas y así pude acceder al agua. Fantásticos los baños, el agua estaba a 30 grados y en vez de llevar cloro , llevaba sal, mas ecológico y menos dañina para la piel y los ojos. Pero para unas personas aventureras como vosotros seguro que encontráis fácilmente la manera de bañaros y sobre todo cuando hace mucho calor, los de las ventanas aunque se lo perdonaremos porque el lugar es precioso y nos hace olvidarnos de estas pequeñas barreras.

Aunque he tardado 6 horas en llegar aquí, el resultado ha sido muy positivo, lo recomiendo de veras. Desde este lugar paradisiaco se pueden hacer muchas excursiones, no hay que olvidar que me hayo inmersa en el Parque Natural del Cabo de Gata.
Hoy me voy a tierra de mineros a Rodalquilar, donde hubo una mina de oro. En este lugar se hace mas vida fuera que dentro del apartamento, que es muy sencillo pero funcional.

Veréis que contraste y entenderéis lo del oasis.
Escrito por: María Domínguez