En nuestro último viaje a Cantabria fueron varios los sitios que visitamos y que saboreamos, posiblemente no tanto como nos hubiese gustado, pero bueno otra vez será. Todos ellos son restaurantes accesibles y disponen de baño adaptado, con lo cual podemos ir con toda tranquilidad a disfrutar de la comida como todo el mundo.
RESTAURANTE LA BICICLETA
Para empezar, uno de los que más nos gustó, el Restaurante La Bicicleta, en Hoznayo, al lado de Solares.

El local está muy bien decorado, sencillo, pero con mucho gusto. En la parte exterior tiene una terraza donde se puede comer en verano. La única pega es que para el acceso hasta el restaurante existe una rampa con bastante pendiente, que se puede necesitar de tercera persona para salir.
Comimos un menú degustación compuesto de:
– Tosta de jamón con cebolla caramelizada y paté de oca,
– Tartar de aguacate con queso de rulo de cabra, tomate fresco ecológico y albahaca.
– Langostinos empanados y empalados con almendras,
– Y pulpo a la brasa con base de puré de patata y pimiento rojo del país.

Esto de entrantes, y de segundos a elegir,
– Milhojas de solomillo con patatas y foie, con una base de salsa de hongos, y

– Machote a la plancha con verduritas frescas salteadas.
Todo con una presentación exquisita y un sabor extraordinario. Pero no quiero olvidarme del colofón final, que fueron los postres,
-Tarta de queso horneada y
– Tarta de frutos rojos con crema de queso mascarpone.

Uuuuuummmm, que bueeeeenas. Todavía me relamo cuando me acuerdo de ellos, sobre todo de la tarta de queso, ya que será de las mejores que me he comido.
Todo por un precio de 35 €, aunque puede variar según las bebidas que se tomen.

Un sitio completamente recomendable, y que no os deberíais perder, al que seguro volvemos aunque no sea mas que de paso.
RESTAURANTE BALNEARIO DE SOLARES
Muy cerquita de este, se encuentra el restaurante del Hotel Balneario de Solares, donde también se puede comer muy bien.
La estética es la de un comedor de un hotel con una cristalera impresionante a un patio interior con jardines.


El menú que hicimos fue de noche, por lo que fue más ligero y no podemos explicar la carta muy en profundidad. Los platos que probamos estaban muy buenos, con buena presentación y las cantidades eran tremendamente grandes, por lo que acabamos llenísimos. Para muestra una escalibada de verduras, con queso de cabra y un arroz negro con cachón (una variedad de calamar).
RESTAURANTE EL JARDIN DE PUENTEVIESGO
Yéndonos un poquito más al interior en un entorno único, encontramos el restaurante El Jardín en el Hotel Balneario de Puente Viesgo. Un restaurante con estética de salón de hotel y con acceso mediante rampa con bastante pendiente que puede necesitar ayuda de tercera persona.


Tuvimos la suerte de que era la temporada de la gastronomía verde y había menús especiales de verduras. Y a por ellos nos fuimos.

El menú costaba 39€ y estaba todo bueníiiiisimo. La presentación de los platos era muy buena y el restaurante estaba completo, por lo que las jornadas parecían ser un éxito. Mira que se pueden comer las verduras de mil maneras distintas y todas están ricas, ricas.

Junto a los salones de comedor están los baños, uno de ellos accesible para silleros.

RESTAURANTE MAREMONDO
Ya en Santander un sitio para no perderse, es el Restaurante Maremondo, a pie de la playa del Sardinero y con unas vistas al mar espectaculares. Aquí se puede elegir entre picar algo en la terraza o cafetería y entrar al interior al restaurante de carta, por lo que sirve para todos los públicos.



La pena fue que llegamos sin pizca de apetito, ya que todavía estábamos digestando la comida y no pudimos aprovechar los magníficos platos que ofrecía el restaurante. Aunque si que tomamos una muestra como, una ensalada de tomate con ventresca y cebolla caramelizada, un milhojas de berenjena que estaba buenísimo, cachón en su tinta y medallones de rape con langostinos, almejas y pimiento rojo.

Toda una delicia para el paladar. Y lo mejor de todo para el final, las vistas hacia la playa mientras cenábamos, un lugar con mucho encanto.
Hay unos baños con equipamiento para silleros pero no son del todo útiles porque no hay espacio de transferncia para pasar al inodoro. Os dejo una foto para que os hagáis una idea.

RESTAURANTE BALNEARIO DE LA HERMIDA
Para terminar, a la vuelta de Potes, comimos en el restaurante del Balneario de la Hermida, un cocido lebaniego con todos los sacramentos (que dicen en mi tierra), es decir, de primero una sopa de cocido y después los sacramentos (berza, garbanzos, morcilla, chorizo y costilla). Una delicia para los sentidos. Si venís por la zona, no os vayáis sin probar el cocido lebaniego, que es la comida típica y está muy, pero que muy buena.


Uno de los comensales probó también un arroz caldoso de marisco y he de decir que estaba también exquisito, por lo que la comida fue todo un acierto. El precio del menú era de 25€.

Buuuuufffff , como me gusta saborear cada zona, sus platos típicos, su productos locales y su forma de cocinar particular. Es todo un placer por el que se puede viajar, simplemente por el hecho de conocer un destino por su cocina.

El restaurante tiene baño accesible, algo que como sabéis busco allá donde voy.

Bueno amigos, espero que con este post os haya picado el gusanillo de degustar algunos de los ricos manjares de esta tierra, CANTABRIA INFINITA.
Escrito por Kity