Hace unos días visite la Ciudad de las Artes y las Ciencias (CAC) de Valencia. La verdad que me esperaba que en pleno mes de Agosto el recinto estuviera a reventar pero por contra la cantidad de visitantes era la ideal para no molestarse entre sí, con lo cual la visita en silla de ruedas se hace más agradable.

En la Ciudad de las Artes y las Ciencias no hay problemas de movilidad
Lo primero que llama la atención al visitante es la majestuosidad de sus edificios, esas formas curvas, esas “costillas” o esas estructuras “imposibles”, tan genuinas del arquitecto Santiago Calatrava. La CAC es prácticamente visible desde cualquier punto de Valencia y alrededores.
Yo tenía claro que unas instalaciones recientes inauguradas a partir del 1998 L’hemisfèric, en 2002 el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe , el Oceanogràfic y por ultimo en 2005 el Palacio de las Artes Reina Sofia, no iba a tener problemas de movilidad, rampas suaves, ascensores amplios, aseos adaptados, plazas de parking amplias y cerca de los ascensores, en fin todo perfecto excepto las puertas del Museo y las del Edificio de Acceso del Oceanogràfic que si no vas acompañado o te las abren, te quedas fuera.

Lo primero que visite fue el Museo Príncipe Felipe, allí me esperaba un edificio increíble, por fuera dicen que esta inspirado en el esqueleto de un dinosaurio, altísimo y por dentro un espacio muy acogedor a pesar de las grandes dimensiones (40.000 m2) repartidas en tres plantas con unos techos inmensos plagados de “cacharros voladores”. Cuando inicias la visita se recomienda empezar por la 3ª planta e ir bajando, en la cola de entrada tienes que avisar para que te abran el ascensor, todos los accesos son con escaleras mecánicas, sin problemas subes con un ascensor panorámico el cual te permite ver todo el Museo por dentro. Una vez en la tercera planta sorprende la gran cantidad de información que la hay por todos los lados y te invitan a seguir lo que denominan el Bosque de Cromosomas, a través de distintos mini-espacios, lo que más divierte al visitante es que todo es interactivo, es decir, como reza la publicidad, un Museo donde esta prohibido NO TOCAR, algo que se hace complicado desde la silla en algunas ocasiones pero que tampoco te impide disfrutar del espacio, luego en la misma planta esta la sección dedicada a los cómics de Marvel y sus superheroes y en verdad que es una de las partes más divertidas del Museo.
Prohibido NO TOCAR

Algo más serio se dedica a la Academia del Espacio y el denominado Gravedad Cero, con representaciones de cohetes espaciales, satélites y demás “cacharros” voladores, también hay simuladores de vuelo y un espacio cerrado donde se proyecta un vídeo en formato “gigante” de las vistas, formas y colores que la tierra nos regala. Todo muy espectacular. El equipo de fútbol local, el Valencia C.F también tiene su espacio, en él se cuenta tanto su historia como sus triunfos y todos los jugadores que por allí han pasado, igualmente puedes chutar un penalti o sacar un corner (el que pueda claro, jeje).

Con dos ascensores a cada lado de la sala se accede a la segunda planta, la verdad es que fue muy aburrida, dedicada exclusivamente a premios Nobel y siendo en verdad interesante, viniendo de la divertida 3ª planta, esta se hace muy monótona y “apagada”.
Igualmente hay dos ascensores a cada lado de la sala para bajar a la primera planta, ésta esta más dedicada a los niños y a concienciarnos de que nuestro entorno esta en peligro y hay que cuidarlo, “L’espai dels xiquets” una especie de guardería muy divertida. En el centro de la planta se encuentra la representación de la molécula ADN y muy cerca el péndulo de Foucault.
Ya en la planta baja se sitúan el restaurante, una cafetería y varias tiendas de recuerdos.



Cuando adquieres las entradas para el Hemisfèric tienes que indicar a qué sesión quieres ir y ellos te reservan un sitio especial para sillas de ruedas, también te facilitan el acceso a los ascensores, es más que recomendable avisar en la taquilla que utilizas silla de ruedas así facilitamos su trabajo y nosotros lo agradecemos. L’ Hemisfèric es una sala de proyecciones de cine IMAX, planetario y Láser, con una pantalla en forma de globo terrestre, impresionante, el sonido es algo aparte ya que en la entrada te dan una “diadema” con tus propios altavoces a la altura de los oídos y en el que puedes seleccionar varios idiomas. Puedes elegir entre seis películas diferentes hay para todos
los gustos, no recomiendo la del Ultimo Arrecife, aunque las imágenes son muy espectaculares el documental es aburridisimo (casi todos los niños se durmieron y algunos adultos también). El sitio que reservan a las sillas de ruedas es muy accesible y la posición es más que aceptable. En la sala de acceso hay una cafetería y una tienda de recuerdos, por supuestos baños adaptados en perfecto estado de limpieza.
Esa misma tarde y después de comer en el restaurante del Museo (ni fu, ni fa, aunque me sorprendió el arroz al horno, estaba bueno) decidimos visitar el Oceanogràfic que esta a escasos 100 metros del Museo.
El Oceanogràfic es un espacio dedicado a océanos, mares y zonas húmedas de todo el mundo, como todo lo visitado hasta el momento completamente accesible (tengo que confesar que ya lo había visitado “a pie” y me gusto más en silla de ruedas), ascensores amplios, facilidades en la entrada, etc. El único “pero” que le pongo es el sitio reservado a las sillas en el delfinario, simplemente en medio del pasillo y con una barandilla a la altura de los ojos, fatal.
En la entrada hay que avisar para que te abran la puerta, la gente pasa por los tornos, ningún problema, avisas y enseguida te abren, en el Edificio de Acceso las puertas no se pueden abrir si no vas acompañado, a partir de aquí ya no hay ninguna dificultad.
Espectacular el acuario de los tiburones donde nos paseamos por un túnel de cristal que da la impresión que estamos nadando a su lado, en el Ártico las belugas y las morsas son la gran atracción, mil colores se reflejan en el acuario dedicado a los peces tropicales, incluido “nemo” y algún que otro besucon. La Mediterránea es un espacio singular, dada mi afición a la pesca puedo identificar casi todas las especies y es muy reconfortante ver como viven en su espacio habitual. El Delfinario posiblemente sea de lo más atractivo del Oceanogràfic y la verdad es que no decepciona, aunque ya he comentado que la posición no es la más idónea tengo que decir que el espectáculo es más que correcto y que se pasa un rato muy agradable.
CAC, un lugar accesible, agradable, divertido y muy, muy entretenido
Para concluir quisiera dejar constancia que el CAC no solamente son unos edificios impresionantes, es un espacio completamente accesible, agradable, divertido y muy, muy entretenido. Yo buscaba sensaciones, pues bien, lo que yo intento transmitiros es lo que sentí durante toda la visita, libertad. Si viajas a Valencia y no visitas el CAC nunca te lo perdonaras.
Mi agradecimiento a la dirección de CAC y en concreto al Departamento de Calidad por las facilidades y la amabilidad prestadas, gracias.
Un saludo de “sillero viajero»
Escrito por Chema